© Edel Morales

El borde del proscenio

En mi antigua fiereza
y en mi larga humildad,
el otro fue siempre.

Y caminar sobre la hierba, llegar al borde rugoso
de la acera, mirar a la plaza
—como un actor que ensaya su representación
ante el lunetario vacío:
Yo soy otro, y gesticula sus miedos,
era un modo de hacer mi propia vida.

El otro fue siempre, otro.
Y yo mi aspiración, en ocasiones incierta,
de caminar sobre la hierba
hasta el borde rugoso con que una acera se abre al vacío.

Maneras de vivir
contemplando el mundo
enrarecido por la libertad.
Manías que el tiempo
vuelve a mostrar
en una dimensión distinta.

El otro está sentado en el lunetario rojo
—tercera fila, tercera butaca, sección izquierda—
y contempla mi representación
con una sonrisa de ángel triste en sus ojos miopes.

El otro era, fue siempre, quien soñó mis días.
Y espera que yo diga lo que quisimos ser, que recuerde
con un gesto que mi vida es otra, la suya.
Vivida con la aspiración y el miedo de un actor
que camina hasta el borde del proscenio
y escucha en el vacío las más fieras preguntas.

Una pregunta es una pregunta es una pregunta
es una ventana que se abre


Una ventana
iguala otras ventanas anteriores.
Iguala su intensidad
y ciertos días la imagen
—en verdad intraducible—
conque la antigua ventana se mostraba.

Una ventana
es una pregunta es una pregunta
es siempre una pregunta
—el deseo de ser
un espacio que se abre
en el placer de las preguntas.

Una ventana
—abierta de par en par al mediodía—
iguala el antiguo deseo
y muestra otra vez las dudas de antaño,
las firmes preguntas de antaño
—la belleza conque antaño
el mito se mostraba.

Una ventana
es siempre una pregunta,
tu pregunta
—abierta hacia la luz sin sombras
que engendra el mediodía.

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Biobibliografía

EDEL MORALES (Cabaiguán, Cuba, 1961) Escritor, investigador y promotor cultural. Ha publicado los poemarios Viendo los autos pasar hacia Occidente, 1994, y Escrituras visibles, 1999. Seleccionó y prologó el catálogo de jóvenes poetas cubanos Cuerpo sobre cuerpo sobre cuerpo, 2000, y la muestra La Estrella de Cuba. Inventario de una expedición, 2004, todos por la editorial Letras Cubanas. En el 2002 la editorial canaria Globo publicó su poemario Lejos de la corriente, corregido y aumentado para Ediciones Unión en el 2004. También en el 2004 Ediciones Luminaria publicó su relato testimonial Los pies en la tierra. Obtuvo, entre otros, los premios Revolución y Cultura, 13 de marzo y Razón de Ser. Sus textos aparecen en numerosas antologías, publicaciones periódicas y sitios digitales de la isla y de otros países. Poemas suyos han sido traducidos al inglés y al francés. Ha impartido conferencias y realizado lecturas en Cuba, España, Venezuela, Argentina, Puerto Rico, México, Estados Unidos y Alemania. Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y Miembro de Honor de la Asociación Hermanos Saíz de escritores y artistas jóvenes. Le fue conferida la Distinción Por la Cultura Cubana. Es director del Centro Cultural Dulce María Loynaz y de la revista de literatura y libros La Letra del Escriba. Reside en La Habana.