En los años de la crisis
iniciamos largas conversaciones por teléfono.
Cada noche discaba un número de otro municipio
—que para nosotros era oscuramente
otra distante ciudad, otra aduana infranqueable,
el otro extremo del mundo.
Discaba a medianoche la señal esperada:
dos veces el timbre, y luego volvía a discar.
En el otro extremo del mundo ella permanecía desnuda.
Nada fue comparable entonces —tampoco después—
a la plenitud que su voz trasmitía
al decir: Hola.
Escribo sin pretender novedad
—como se escribe al regreso del límite—
las palabras de un contexto que asumí fielmente.
Ella dictó estos diálogos, estas voces habituales:
El cubrecamas de raso está sobre el piso, por la frialdad,
y yo estoy de espaldas sobre el cubrecamas.
Tu voz está sobre mi cuerpo —le hace bien a mi cuerpo
la claridad de tu voz
en la penumbra de estos años.
Muchas veces disqué ese número capturado al azar.
Una noche
el timbre en la casa distante la trajo hasta mi puerta.
En el otro extremo del mundo ella escuchaba
una canción:
sentí el arpegio de la cuerda en la boca del teléfono
y entramos juntos a la sala de conciertos.
Puntualmente a las doce vivimos esos años
las vidas posibles de La Habana:
ahora un cine, después un café, más tarde
un paseo junto al mar.
Era nuestra ficción de La Habana
una ciudad más palpable que la ciudad apagada, física,
real.
Nunca la vi fuera de aquellos diálogos, nunca lo intentamos.
Cortada la ciudad en pedazos distantes,
sorprendidos también nosotros por la niebla de la crisis,
quisimos salvar el sentido de esas vidas:
la intensidad o el relato o la imagen o el deseo de una voz
capturada por azar en las líneas telefónicas
de una ciudad fantasma.
© Edel Morales
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Acerca del autor

Biobibliografía
EDEL MORALES (Cabaiguán, Cuba, 1961) Escritor, investigador y promotor cultural. Ha publicado los poemarios Viendo los autos pasar hacia Occidente, 1994, y Escrituras visibles, 1999. Seleccionó y prologó el catálogo de jóvenes poetas cubanos Cuerpo sobre cuerpo sobre cuerpo, 2000, y la muestra La Estrella de Cuba. Inventario de una expedición, 2004, todos por la editorial Letras Cubanas. En el 2002 la editorial canaria Globo publicó su poemario Lejos de la corriente, corregido y aumentado para Ediciones Unión en el 2004. También en el 2004 Ediciones Luminaria publicó su relato testimonial Los pies en la tierra. Obtuvo, entre otros, los premios Revolución y Cultura, 13 de marzo y Razón de Ser. Sus textos aparecen en numerosas antologías, publicaciones periódicas y sitios digitales de la isla y de otros países. Poemas suyos han sido traducidos al inglés y al francés. Ha impartido conferencias y realizado lecturas en Cuba, España, Venezuela, Argentina, Puerto Rico, México, Estados Unidos y Alemania. Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y Miembro de Honor de la Asociación Hermanos Saíz de escritores y artistas jóvenes. Le fue conferida la Distinción Por la Cultura Cubana. Es director del Centro Cultural Dulce María Loynaz y de la revista de literatura y libros La Letra del Escriba. Reside en La Habana.
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